martes, 22 de mayo de 2012
Deporte Nacional
“Acá no existía el deporte. El español no era deportista. Los únicos eran los anglosajones y sus colonias"1. La afirmación pertenece a Osvaldo Arsenio, director deportivo de la Secretaría de Deportes de la Nación, en una entrevista concedida al periodista Ezequiel Fernán-dez Moores para el libro "Breve historia del deporte argentino" .
Sin embargo, investigaciones históricas revelaron que, a la llegada de los españoles, los pueblos originarios tenían un interesante abanico de actividades que combinaban ejercicio físico con ritualidad. Y lo hacían mucho antes que el Pato, el llamado deporte nacional.
Los conquistadores, en conjunción con el modo de vida de la Edad Media, reprimían el cuerpo y lo ocultaban tras pesadas armaduras o incómodos vestidos. En cambio, los "salvajes", tal como eran descriptos los habitantes de estas tierras, se "vestían" con lo justo y necesario, dejando al descubierto sus trabajados cuerpos, para desagrado de las instituciones "civilizadas". Cinco siglos antes de la aparición de Las Leonas, la América Precolombina era una potencia en la práctica de la chueca2, una especie de hockey que era utilizado para dirimir conflictos o disputas. El juego, que podía durar varios días, formaba parte de un ritual más grande, que incluía bailes y cantos. Era tal la pasión que despertaba la práctica de la chueca, que, en 1602, el gobernador del Río de la Plata y Paraguay, Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) lo prohibió porque parecía inventado más por parte del demonio que por parte de los hombres".
Los juegos con pelota también tienen antecedentes. Ya sea con las palmas, como los araucanos, o con la cabeza, como los mocovíes, estos partidos enfrentaban a 200 jugadores por equipo, que incluían a las mujeres. La novedad (para los españoles) fue la utilización de pelotas de caucho, que fueron importadas a Europa para reemplazar las vejigas de animales. Otro elemento exportado fue la palabra Kancha, que en quechua significa "recinto".
Otras actividades eran el waranák o boxeo de los mocovíes, practicado por igual por mujeres y hombres, o el kuvuá que jugaban los selkam en Tierra del Fuego. El tenis arribó a Buenos Aires con las invasiones inglesas. William Carr Beresford lo practicaba mientras se encontraba recluido en Luján, tras ser capturado por Santiago de Liniers. Lejos del puerto, los guaycurúes lo practicaban con una pelota fabricada con espigas de maíz y plumas y le pegaban con las manos. Después, llegaron las corridas de todos, el turf y el Pato, que elegido como deporte nacional en el primer tercio del siglo pasado, luego de infinidad de prohibiciones, debido a la gran cantidad de jugadores muertos por la ferocidad de las cinchadas.
1- Ed. Sudamericana, 2010.
2- Leremá (en mocoví), elermak (en pilagá), tol (toba) y uiñú o palín (mapuche)
Publicado en Hoy Día Córdoba el 22-05-2012
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