100 millones de espectadores, 3,5 millones de dólares por 10 segundos de publicidad y Madonna animando (de manera magistral) el “show de medio tiempo” fueron algunas de las postales del Súper Bowl XLVI de football americano, que se celebró el domingo en Indianápolis entre New York Giants y New England Patriots. En una final con libreto de “culebrón televisivo”, los primeros se alzaron con el tetracampeonato por 21-17, tras 59 segundos para el infarto.
De este lado del mundo, el football americano es visto como una tradición estadounidense de pura cepa, más allá de la existencia de la Asociación Cordobesa de Football Americano (ACFA).
El año pasado, Las Águilas, que hacen las veces de local en la cancha de la Universidad Nacional de Córdoba, perdieron el año pasado, por 29-13, el II Tazón del Centro, ante Los Halcones de Buenos Aires. Fundada en 2007, la ACFA (http://www.acfa.com.ar/) es una asociación civil que está abierta a todos quienes quieran participar. Detrás de los millones de dólares que mueve la National Football League (NFL), el espíritu amateur (al decir de Marcelo Bielsa) persiste y se mantiene en los Green Bay Packers. Campeones del Súper Tazón de 2011, los Empacadores, fundados en 1919 por empleados de la Indian Packaging Company, son el bicho raro de toda la NFL: desde 1992 ostentan el título de “organización no lucrativa”. Por lo tanto, pertenecen a los 110.000 habitantes de la ciudad de Green Bay, que controlan los destinos del equipo a través de un comité ejecutivo de siete miembros y un manager general.
En 1923, la franquicia estuvo al borde de la quiebra. El administrador y dueño de entonces, Curly Lambeau recibió un auxilio económico de 2.500 dólares de parte de comerciantes locales. A cambio, una corporación no lucrativa dependiente de la ciudad se hizo cargo de la administración del equipo, mientras con Lambeau fue designado entrenador y manager. Desde entonces, los Packers se erigieron en el equipo más ganador de la liga, con 13 títulos.
El sentido de pertenencia se ve reflejado en los números: los “cheeseheads” (Cabezas de queso), tal como se conoce a su parcialidad, llenan el City Stadium, con capacidad para 73.000 personas, en todos los partidos. Aventurarse a conseguir un ticket es poco más que una quimera, ya que están agotadas por los próximos 20 años. Además, el 60 por ciento de la recaudación de los negocios dentro del estadio va para obras de caridad. Una isla del idealismo en medio de un mar de dinero.
Publicado el 7 de febrero de 2012 en Hoy Día Córdoba, Sección Sepia.
De este lado del mundo, el football americano es visto como una tradición estadounidense de pura cepa, más allá de la existencia de la Asociación Cordobesa de Football Americano (ACFA).
El año pasado, Las Águilas, que hacen las veces de local en la cancha de la Universidad Nacional de Córdoba, perdieron el año pasado, por 29-13, el II Tazón del Centro, ante Los Halcones de Buenos Aires. Fundada en 2007, la ACFA (http://www.acfa.com.ar/) es una asociación civil que está abierta a todos quienes quieran participar. Detrás de los millones de dólares que mueve la National Football League (NFL), el espíritu amateur (al decir de Marcelo Bielsa) persiste y se mantiene en los Green Bay Packers. Campeones del Súper Tazón de 2011, los Empacadores, fundados en 1919 por empleados de la Indian Packaging Company, son el bicho raro de toda la NFL: desde 1992 ostentan el título de “organización no lucrativa”. Por lo tanto, pertenecen a los 110.000 habitantes de la ciudad de Green Bay, que controlan los destinos del equipo a través de un comité ejecutivo de siete miembros y un manager general.
En 1923, la franquicia estuvo al borde de la quiebra. El administrador y dueño de entonces, Curly Lambeau recibió un auxilio económico de 2.500 dólares de parte de comerciantes locales. A cambio, una corporación no lucrativa dependiente de la ciudad se hizo cargo de la administración del equipo, mientras con Lambeau fue designado entrenador y manager. Desde entonces, los Packers se erigieron en el equipo más ganador de la liga, con 13 títulos.
El sentido de pertenencia se ve reflejado en los números: los “cheeseheads” (Cabezas de queso), tal como se conoce a su parcialidad, llenan el City Stadium, con capacidad para 73.000 personas, en todos los partidos. Aventurarse a conseguir un ticket es poco más que una quimera, ya que están agotadas por los próximos 20 años. Además, el 60 por ciento de la recaudación de los negocios dentro del estadio va para obras de caridad. Una isla del idealismo en medio de un mar de dinero.
Publicado el 7 de febrero de 2012 en Hoy Día Córdoba, Sección Sepia.
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