miércoles, 14 de mayo de 2008

Formas y formas

La llegada de Carlos Ahumada a Talleres (mejor dicho, a Ateliers) fue la mejor noticia en materia que pudo haber recibido el hincha. Primero porque significaba la salida del anterior gerenciador, Carlos Granero, del centro de la escena. Y segundo porque con la billetera de Ahumada, el equipo amenazaba con reverdecer las posibilidades de ascender a Primera División merced a las incorporaciones de jugadores de nombre como Federico Lussenhoff, Paulo Rosales y Alex Viveros, quienes se sumarían a Julián Maidana, Lucas Rimoldi e Iván Borghello.
Ante esto, poco le importó al hincha y la Justicia los antecedentes deportivos y políticos Ahumada. “Mientras la ponga”, graficó un simpatizante de Talleres en la reinauguración de la Boutique.
No obstante, el affaire Maidana-Alvarez reveló una vez más la falta de tacto de la dirigencia a la hora de tomar decisiones drásticas. Mientras los jugadores ratificaron que se quedarán hasta la finalización del contrato, el 30 de junio, desde Ateliers indicaron que ninguno de los dos será tenido en cuenta y que se prescindirá de sus servicios. En medio quedó el entrenador Angel Comizzo, quien pateó la pelota afuera al señalar que no hay ningún jugador “cortado”.
Desprolijidades al margen, este fue otro culebrón “marca Ahumada”, que en su corto tiempo al frente de la gerenciadora acumula no menos de tres episodios similares. El primero ocurrió luego del clásico con Instituto, que la T perdió por 3-1. Tras el cotejo, el flamante gerenciador le comunicó a Rubén Insúa su despido de la dirección técnica. Sin embargo, el Gallego hizo caso omiso a la cuestión y sólo se fue cuando el juez Carlos Tale le remitió el telegrama correspondiente.
El siguiente capítulo fue un daño colateral del anterior. Casi como una necesidad, un debilitado Granero le vendió el resto de las acciones de Ateliers a Ahumada, quien inmediatamente nombró a Martín Vilallonga como presidente de la gerenciadora.
Y el ex delantero de Racing de Avellaneda “debutó” despidiendo de un día para el otro a Roberto “LuteOste, eterno bombero albiazul, quien se dejó de ser parte de la empresa sin muchas explicaciones.
Pero el agravante del caso Maidana-Alvarez es que salió a la luz en un momento en el que todo el plantel tiene que estar enfocado en escaparle al descenso. Evidentemente, Ateliers no escogió el momento adecuado para tomar semejante decisión.

*Publicado en Hoy Día Córdoba el 13-4-08

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como hincha de Talleres, la llegada de Ahumada me causó un poco de ruido. Aunque sus "hechos, no palabras" fueron generando en la hinchada cierta idolatría, que hasta lo ovacionó varias veces en la Boutique.
Sin embargo, creo (por el bien de Talleres, espero equivocarme) que en el manejo de este caso, empieza a mostrar la hilacha.

Un abrazo.

Nicolás Fassi dijo...

Maxi: Todo (pero todo) es plata en el fútbol de hoy. ¿Querés pasión y amor a la camiseta? Andá a ver a los clubes de barrio o a los gordos (bah, a cualquiera de nosotros) jugando un domingo "a la pelota" con 40 grados.