La finalización de la pretemporada para la Primera B Nacional dejó en claro, por si hacía falta, que a Instituto, Talleres y Belgrano ya no les alcanza con el cartel para lograr el ascenso a Primera División.
La afirmación está refrendada por las dificultades que tuvieron los clubes, que a nivel convocatoria e historia están entre los más grandes de la categoría, para hacerse de refuerzos de calidad comprobada. De hecho, el propio técnico de Instituto, Héctor Rivoira, confesó ayer en declaraciones a la Mesa del Fútbol (Radio Suquía) algo que se palpa desde hace tiempo: la devaluación de Córdoba como plaza futbolística. La falta de buenas campañas, los atrasos a la hora de cumplir con los compromisos contraídos y el “boca a boca” de los propios jugadores, entre otras causas, colaboraron en la depresión.
Ante tamaños inconvenientes, Córdoba se convirtió en el paradigma de los futbolistas golondrina, esos que llegan de relleno y que, al finalizar la temporada, dejan el club de la misma manera en la que llegaron: en silencio. Las casi 20 incorporaciones (hasta ayer) de Talleres son el ejemplo más elocuente.
Por su parte, Instituto y Belgrano han estado más moderados reforzándose con no más de diez jugadores, algunos de renombre, aunque ninguno de los recién llegados se destaca por encima de la media.
A favor de los nuevos, se puede decir que tienen el crédito abierto, aunque éste será directamente proporcional al rendimiento que muestren cuando les toque jugar.
Otro escollo que deberán superar los equipos de la Docta, será la gran cantidad de clubes que participarán del torneo con igual chapa de candidatos. Chacarita, Atlético Rafaela, San Martín de Tucumán, Godoy Cruz, Platense y Quilmes serán algunos de los rivales que, por historia, cuentan con aspiraciones.
*Publicado en Hoy Día Córdoba el 6-08-07
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