Eso debe haber dicho Celia de la Serna cuando tuvo al muchachito de la foto. Claro que después de recibirse incurrió en varias "desviaciones" como salir a recorrer América Latina y descubrir que no todo era color de rosa. Con el tiempo, Fuser dejó el rugby y a Chichina para trabajar en un leprosario. Después viajó a México, conoció a un abogado cubano al que le gustaba (le gusta) fumar habanos, todo esto mientras se metía en la cabeza las ideas de Marx, Engels, revolución, reforma agraria, etcétera. En la foto, Guevara no todavía era la remera, era Ernestito. El resto, es historia (bien y mal) conocida.
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