martes, 19 de junio de 2007

Guerra automática


Releyendo (por enésima vez) los primeros capítulos de la Historia del Siglo XX, de Eric Hosbsawn, me llamó la atención la diferenciación que hace de la guerra deciosochesca y las del sigo XX "corto" (entre 1914 y 1990). A riesgo de parecer denso, transcribo unas líneas del texto, ya que me parecen por demás ilustrativas de una realidad que nos toca de cerca y de lejos.


"...Otra de las razones es la nueva impersonalidad de la guerra, que convertía a la muerte y a la mutilación en la consecuencia remota de apretar un botón o tirar de una palanca. La tecnología hacía invisibles a sus víctima, lo cual era imposible cuando las bayonetas reventaban las vísceras de los soldados o cuando éstos debían ser encarados por los puntos de mira de las armas de fuego. Frente a las ametralladoras no había hombres sino estadísticas. Y ni siquiera estadísticas reales sino hipotéticas, como lo pondrían en relieve los sistemas de recuento de las víctimas durante la guerra de Vietnam.

Lo que había debajo de los aviones bombarderos no eran personas a punto de ser quemadas y destrozadas, sino simples blancos. Jóvenes pacíficos que nunca se habrían creído capaces de hundir una bayoneta en el vientre de una embarazada tenían menos problemas para lanzar bombas de gran poder explosivo sobre Londres y Berlín, o bombas nucleares sobre Nagasaki.

Y los dirigentes burócratas alemanes que habían considerado repugnate conducir a los mataderos a judíos famélicos se sentían menos involucrados personalmente cuando lo que hacían era organizar los horarios de los trenes de la muerte que partían hacia los campos de exterminio polacos.

Las mayores crueldades de nuestro siglo han sido las crueldades impersonales de la decisión remota, del sistema y la rutina, especialmente cuando podían justificarse como deplorables necesidaes operativas".


Extraído de Historia del Siglo XX, página 58, Crítica 1998.


PD: ¿Les suena "daños colaterales"?

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