jueves, 7 de junio de 2007

Y rema, rema, rema


Cinco estrellas

La noticia de que el mejor remero argentino de la actualidad, Santiago Fernández, había dormido el jueves pasado en un auto abandonado en la gélida ciudad austriaca de Linz, sorprendió a medias. El Pollo, como se lo conoce en el ambiente del remo, había llegado la semana pasada a esa ciudad para participar de la primera etapa de la Copa del Mundo, pero al llegar al hotel se desayunó con que la Asociación Argentina de Remo (AAR) no había hecho la reserva correspondiente.
Inmediatamente, Fernández, que ni siquiera se acercó al bote para practicar, se puso en campaña para solucionar el problema. Pero los dirigentes de la AAR brillaron por su ausencia.
Entonces, al no contar con los fondos necesarios (ni para el “pebete y la coca”), el ganador de la medalla de plata en los Panamericanos de Santo Domingo 2003 y cuarto en la final de Atenas 2004, debió pasar la noche en un automóvil abandonado, como si se tratara de un inmigrante ilegal y no de un deportista de elite.
“No pude abrir una Traffic, pero sí un auto Chrysler. Y me mandé. 'Chau, duermo acá', me dije. Me puse tres pantalones, cinco buzos y una campera con capucha, y dormí como pude", relató el remero desde Linz. Al otro día, la delegación de El Salvador se apiadó de su situación y lo cobijó en su hotel hasta que la Federación Internacional de Remo salió en ayuda del remero.
Tras la odisea, el Pollo disputó el torneo y finalizó octavo en la clasificación general (ganó la final B), por encima de varios rivales a los que enfrentará en los Panamericanos de Río de Janeiro 07.
Pasaran los Panamericanos, las etapas de la Copa del Mundo y llegarán los Juegos Olímpicos de Pekín y seguramente Fernández llegará a China con el cartelito de candidato a llevarse una medalla, siguiendo los pasos de Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero, oro en Helsinki ’52.
Si lo consigue o no, dependerá de varios factores, entre ellos la suerte. Pero como reza el dicho, a la suerte “hay que ayudarla” no espantarla. Evidentemente, la desidia que caracterizó a la gestión del fallecido Coronel (R) Antonio Rodríguez en el Comité Olímpico Argentino hizo escuela y de la mala.
*Publicado en Hoy Día Córdoba el 3-06-07

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